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¡TENGO UN TRAJE ESPACIAL, PUEDO VIAJAR!

Por Mario Arreola

 

Durante la cena de la noche anterior la plática con Art Dula, entusiasta del espacio como muchos de los que participamos en la Cumbre de Jefes de Agencias Espaciales en la Ciudad de México en octubre 2015, había sido amena e interesante, pero esa mañana tomaba un carácter particular y relevante; de su portafolios así como si nada sacó un par de cajas de policarbonato que protegían dos valiosísimas piezas que cualquier Geólogo soñaría tener: una roca lunar y un fragmento de roca proveniente de marte encontrado en la Tierra.

También me mostró una de las actividades educativas que realiza la Fundación Heinlein de la cual él es uno de sus administradores (trustee en Inglés), y que consiste en llevar a escuelas y exhibiciones trajes espaciales que han volado en misiones al espacio exterior, y cuyo nombre “Tengo un traje espacial, puedo viajar” parafrasea el título de uno de los muchos libros que escribió Robert A. Heinlein (Have Space Suit, Will Travel) y que recuerda los anuncios de los pistoleros a sueldo del viejo oeste que ponían: “Tengo pistola, puedo viajar”.  Art me ofreció la posibilidad de prestarnos la más reciente adquisición de la Fundación: El traje espacial tipo SOKOL (Halcón en Ruso) que había usado el Astronauta Canadiense Chris Hadfield en su tercer viaje al espacio, esta vez, a bordo de una nave rusa Soyuz, por lo que el traje era de manufactura rusa. Le dije que nos vendría muy bien ya que tendríamos participaciones en varias en actividades públicas relacionadas con el espacio como: el 3er. Encuentro de Alumnos Sobresalientes en Culiacán, Sinaloa;  la Expo El Ingenio El Espacio en Chiapas;  La Noche de las Estrellas en CU y varias más.

Arribo del Traje Espacial

 

Lo siguiente que supe antes de una semana fue que el Sr. Bruckner Hightower otro administrador de  la Fundación me estaba llamando por teléfono para decirme que viajaría a México con dicho traje, y antes de que me repusiera de mi sorpresa, un lunes apareció en mi oficina con una gran maleta, así como si nada.

El traje espacial que salió de su estuche, desdoblándose como si fuera muñeco de ventrílocuo, es nada menos que un SOKOL, que significa halcón en ruso. De casi 20 kilogramos de peso, se considera un traje ligero.  Este es el tipo de protección que usan los Cosmonautas al subir a la Estación Espacial Internacional o al regresar de ella, para prevenir riesgos por una súbita despresurización de la nave. Como mencioné este traje protegió a Chris Hadfield  en su último viaje al espacio.

 

Bruckner, un norteamericano muy amable de cabello plateado, habla lo suficientemente bien el español como para encontrar su camino en la Ciudad de México, y seguramente fuera de esta también.  Adicionalmente me trajo unos libros que me mandó Art, de los que publica la Asociación Internacional de Astronáutica (IAA por sus siglas en inglés).

Grato fue encontrarme con que dos de los editores de uno de los libros son amigos míos de hace muchos años: Pete y Cathy Swan. De la misma forma que se presentó, el amigo Bruckner sin decir más se despidió. Agradecidos estamos a la Fundación Heinlein por la confianza del préstamo y en otro articulo de este número podrán saber quien fue Robert Heinlein a quien debemos este favor.

El traje espacial Sokol KV-2 (Сокол КВ-2, en ruso), es el principal elemento del Equipo de Protección Personal ИЗC, el cual es parte de Soyuz Rescue Aids (КСС, por sus siglas en ruso). En colaboración con otros sistemas espaciales, el traje espacial Sokol es responsable del mantenimiento de los sistemas de soporte vital de la tripulación en caso de una despresurización accidental durante el lanzamiento, acoplamiento, reacoplamiento, desacoplamiento, y descenso de la Estación Espacial Internacional. Específicamente, mantiene la presión del traje a 300 mm Hg a través del suministro continuo de oxígeno.

 

El primer viaje fue al piso en donde está la Dirección General de la AEM para que el Director hiciera la recepción oficial del traje. El Dr. Mendieta se mostró tan sorprendido como lo estábamos todos de tener un artículo espacial tan particular en nuestras manos. Sí en las manos porque de lo que trata el programa “Tengo un traje espacial, puedo viajar” es para que las personas, en particular los niños y jóvenes lo puedan tocar, con la intención de acercarles algo relacionado con el espacio y promover su gusto por temas de Astronáutica y del espacio.

 

Casi estoy seguro de que es el primer traje presurizado de Cosmonauta o Astronauta que pisa suelo mexicano. Los que se aprecian en algún museo del país son buenas réplicas, pero solo eso. Y por supuesto no han salido al espacio.

Apenas unos días después el Sokol y yo viajábamos a Culiacán Sinaloa al 3er. Encuentro de Alumnos Sobresalientes, promovido por el Centro de Ciencias de Sinaloa y su Directora la Lic. Rocío Labastida. Esta actividad convoca a jóvenes de educación secundaria y media superior en las diversas áreas que involucran el estudio de las ciencias y desarrollo de tecnologías. Son por lo general ganadores de concursos y primeros lugares académicos los que participan. El traje hizo su aparición en las distintas pláticas y talleres que tuve el gusto de dirigir y durante el cierre del Encuentro, siempre causando emociones y preguntas. Algunas de las cuales están en esta edición en la sección ¿Sabías qué? Les recomiendo la lean.

Terminaba el mes de noviembre y habríamos de regresar de Culiacán el mismo día en que se realizaba la Noche de las Estrellas en todo el país, para participar en esta fiesta del conocimiento en que se ha convertido esta celebración que inició con la idea de ver las estrellas. A nosotros nos tocó dar una plática y atender el espacio que nos asignaron en una gran carpa blanca al lado de los amigos del Centro Clavius de astronomía de la Ibero.  Eduardo González y Rodrigo Pérez Gerentes de la Dirección de Divulgación de la AEM con apoyo de Sofía y Tonatiuh que realizaban sus prácticas profesionales quienes tuvieron realmente la oportunidad de practicar porque organizaron y diseñaron un taller para niños y jóvenes reciclando materiales para hacer cohetes de cartón impulsados por banda elástica. Tambien el de hidropropulsados

Empezaba diciembre y el traje no paraba de viajar, y yo con él. El destino ahora fue el bellísimo San Cristóbal de las Casas en el sureste mexicano, en la región conocida como los altos de Chiapas, por que está enclavado en la montaña, a mil ochocientos metros SNM, de tal forma que el clima es muy agradable y hasta frío por la noche.

 

La Expo Ingenio “El Espacio” realizada por primera vez en San Cris, como le dicen los lugareños, se convirtió en una experiencia novedosa para los participantes ya que se reunieron alrededor del tema del espacio; ciencia, arte, enseñanza, expertos y aficionados, reciclaje, tecnología y sobre todo diversión para todo público. La Enseñanza Casa de la Ciudad, sede de la Expo, quedó convertida en un gigantesco laboratorio espacial con Estación Espacial incluida y el montaje temporal de 13 salas temáticas interactivas que pusieron en contexto a los visitantes para sacarle provecho a las pláticas y talleres que impartimos Rodrigo Pérez Gonzáles y un servidor.

El Astronauta José Hernández nos visitó para dar una plática sobre Desarrollo de Proyectos Espaciales y aproveché para mostrar a los estudiantes de la prepa Tec Milenio de Cuautitlán el Traje Sokol. José comentó que conocía a Chris Hadfield y que eran buenos amigos, que le enviaría a Chris una foto de él con el traje que usó.  En la foto nos acompañan el Dr. Javier Mendieta Director general de la AEM y la Dra. Amanda Gómez Gerente de Desarrollo Gubernamental de la AEM

Visitamos también el Centro de Atención al Talento o CEDAT. Aquí se atienden niños y jóvenes sobredotados. Consideramos que puede ser motivador el tener una experiencia de primer contacto con un objeto que viajó al espacio, nada menos que para proteger el cuerpo de un ser humano. La complejidad que representa un traje espacial en términos de la ciencia y tecnología involucrada en su diseño y elaboración puede ser el motivador para que alguno de estos pequeños y jóvenes se hagan preguntas que los lleven a indagar más sobre temas espaciales.

Desde Monterrey, de visita en las oficinas de la AEM estuvo el afamado Astrofotógrafo Cesar Cantú, quien no se escapó de echar un vistazo a algo que si bien no son estrellas en el firmamento también es producto del talento humano al igual que sus extraordinarias fotografías, de las cuales nos obsequia una al mes en la sección: Mirando a las estrellas de nuestra mencionada revista, están invitados a descubrir los paisajes terrícola-estelares de Cesar.

 

Y así terminó el mes de diciembre y el año 2015, ¿Qué vendrá en el 2016?…

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