Aunque apenas el mes pasado se dio a conocer a los medios la existencia de “Hacia el Espacio”, con éste número se cumple el primer año de compartir con ustedes diversos artículos y noticias sobre el amplio tema del Espacio. Queremos agradecer a nuestros colaboradores por sus contribuciones y a ustedes, nuestros lectores, por su preferencia y comentarios que nos impulsan a mejorar ésta, su revista.

 

Qué mejor forma de celebrar que dedicarles este número con un tema que se considera de gran importancia en general para todas las formas de vida del mundo y para lo que nos corresponde en México particularmente por las afectaciones que año con año causan los fenómenos naturales y también los provocados por el hombre accidental o deliberadamente; se trata de la Observación de la Tierra, o en otros términos: “Del Espacio a la Tierra” como diríamos en nuestro programa educativo “Jóvenes hacia el Espacio”.

 

Para esta iniciar el tema es importante que se conozca como es que tenemos “ojos en el cielo” y cómo “vemos” desde allá arriba, lo cual nos explica Carlos Duarte mediante una introducción a los Satélites de Observación de la Tierra.

 

En quién es quién, les presentamos a una pionera y destacada profesional del campo de la Geomática; la Dra. Carmen Reyes quien tiene más de treinta años de experiencia en este ámbito. A la Dra Reyes le tocó la insigne tarea de convertir una iniciativa familiar en todo un centro científico de clase mundial el “Centro de Investigación en Geografía y Geomática Ing. J..L. Tamayo” A.C,. Mejor conocido como “Centro Geo”, que actualmente dirige. La Dra. Reyes además de ser una persona muy amable es una incansable viajera, tuve el gusto de platicar con ella durante el Taller de Información Geo Espacial en Villahermosa Tabasco.

 

Los satélites para observación de la tierra son muchos y muy variados, para conocer un poco de ellos Flor Tanit nos presenta un cuadro resumen con una muestra representativa de los principales satélites unos patrocinados por gobiernos y un par operados por empresas privadas.

 

El “Profe Tellez” no quiso quedarse atrás y para ser congruente con este número especial nos enseña como hacer Cohetes propulsados por agua y aire a presión para observar la Tierra. Esperamos que se diviertan y aprendan mucho con este ejercicio de tecnología básica.

 

Los Nanosatélites están por todas partes, varios países de Latinoamérica están trabajando en sus misiones. El ejemplo lo puso Ecuador que ya envió dos “CubeSat” al espacio. Sin embargo el caso de la Secundaria Pública Municipal Brasileña en el poblado de Batuba destaca por la corta edad de los integrantes del equipo que trabajó en la Misión, que está cercana a ir Hacia el Espacio. Esto demuestra que cuando hay compromiso y pasión se pueden alcanzar metas aparentemente imposibles.

 

Un ejemplo de éxito en la reducción de costos sin perder gran funcionalidad lo están dando los CubeSats; les presentamos una aplicación para Observación de la Tierra con una flota o “constelación” de nanosatélites desarrollados para este propósito.

 

Después de varias invitaciones, finalmente nuestro primer Viajero Espacial el Dr. Rodolfo Neri Vela pudo coordinar su agenda para visitar las nuevas instalaciones de la AEM. No solo eso, sino que además entrevistó a nuestro Director General para su programa de divulgación “Puebla en el Cosmos”. Tuve la oportunidad de ser alumno del Dr. Neri en la maestría en Telecomunicaciones de la FI-UNAM.

 

Mes con mes, nos enteramos de algún compatriota que ha tenido algún tipo de experiencia grata con el ámbito del espacio, ya sea por algo tan aparentemente sencillo como la visita a un museo del Espacio, como es el caso de Felipe Lozano en Moscú, o por una destacada trayectoria en el ámbito académico, profesional, o contacto con alguna agencia espacial como le sucedió a David Alonso.

 

Nuestro amigo Cesar Cantú nos comparte un par de esas espectaculares fotos que sabe tomar, que es mirar de la Tierra al Espacio como dice nuestro programa de Jóvenes hacia el Espacio y arrebatarle al espacio profundo un momento mágico.

 

 

Mario M. Arreola