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EDITORIAL AGOSTO

 

Inicio esta editorial con un agradecimiento a nuestra colaboradora Flor Tanit Pérez Najar, quien durante 16 números se encargó de formar la revista electrónicamente. El amor la llamó a otras tierras y lo siguió como debe ser. Sabemos que disfrutaba particularmente con la elaboración del “Espacio de los Niños”. Le deseamos que consolide su relación y que construya felicidad día a día por el resto de su vida.
 
Ahora le damos la bienvenida a Rodrigo Pérez quien toma la estafeta con la elaboración de este número y quien se encargará también de continuar con la “Escuela del Espacio”  donde pronto tendremos cursos en la modalidad de educación a distancia.
 
Si bien es cierto que el espacio presenta retos para la exploración, las naves espaciales y los astronautas, nuestra nave espacial Planeta Tierra no está exenta de los peligros del espacio, la prueba son los meteoritos, las eyecciones de masa coronal del Sol conocidas como llamaradas solares que producen las tormentas solares y por si esto no fuera poco también nos amenaza nuestra propia basura espacial que no deja de aumentar.  Sobre este último tema Genaro Grajeda, un entusiasta del espacio y divulgador nos describe en que consiste la basura espacial, como se forma, porqué es un peligro y que opciones de solución se consideran actualmente.
 
¿De quién es el espacio ultraterrestre? Es una pregunta que seguramente surgió después de que el primer satélite artificial salió al espacio. Tomó algunos años a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) definir la respuesta en forma de un tratado sobre los principios rectores para usos pacíficos del espacio que entró en vigor el 10 de octubre de 1967. En éste sentido, cómo podría el derecho espacial facilitar la remoción de escombros que orbitan indefinidamente nuestro planeta. Una opción interesante la propone Julián Montero en su artículo “Los desechos producidos por la exploración del Cosmos, una analogía con el derecho marítimo” en donde nos describe como algunos conceptos incluidos en el “Convenio Internacional de Salvamento Marítimo” se podrían aplicar a la solución del problema de la basura en el espacio.
 
Todos los días caen piedras del cielo, es decir meteoritos. Se estima que pueden ser varias toneladas de “polvo cósmico” por su tamaño como granos de arena lo que la Tierra recibe día con día de manera casi imperceptible. Sin embargo en raras ocasiones como en febrero del 2013 entran objetos más grandes que producen daños de diferentes proporciones. ¿Qué se sabe de los meteoritos? Les compartimos unas palabras a modo de resumen sobre este tema en el artículo “Las piedras del cielo”.
 
La temperatura es uno de los elementos clave que se tiene que cuidar cuando se diseña un vehículo espacial, dada la oscilación en el rango de temperaturas que se experimenta entre un lado de la nave en donde se reciban los rayos solares y el lado opuesto u obscuro. En los viajes de las naves del proyecto Apolo a la Luna le imprimían a la cápsula un modo de giro sobre su eje longitudinal (al que los Astronautas se referían como “rostizado”) para evitar que las diferencias de temperatura causaran estragos en la nave espacial y en sus ocupantes. En éste número Carlos Duarte nos revela detalles del “Control Térmico” empleado para mantener los componentes de los vehículos espaciales dentro de los rangos de operación requeridos para el buen termino de la misión.

 

Mario M. Arreola

 

Contacto:  arreola.mario@aem.gob.mx

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